“El valenciano sólo le interesa al PP para hacer chistes”

*Entrevista a Francesc Viadel de Carles Senso publicada avui 12 de maig al diari Levante amb motiu de la publicació del llibre Valencianisme, l’aportació positiva. Cultura i política (1962-21012) (Universitat de València).

El algemesinense reflexiona sobre el valencianismo. Ejerce de profesor de periodismo en la Facultat de Comunicació Blanquerna (Universitat Ramon Llull) y ha publicado el ensayo Valencianisme, l’aportació positiva. Cultura y política al País Valencià (1962-2012).

“El valenciano sólo le interesa al PP para hacer chistes”

 

Viadel defiende que los valencianos se conocen más bien poco y que no han reflexionado sobre temas muy relevantes.

 

Carles Senso. Alzira. El nuevo libro de Francesc Viadel es un estudio general sobre la situación política, económica , cultural o social del pueblo valenciano que pretende ser “el primer trazo de un mapa que tendrán que completar otros con más capacidad, tiempo, recursos, y paciencia que yo, según refleja de forma humilde el autor de la presentación. Más de cuatrocientas páginas retrospectivas para saber un poco más de nosotros mismos.  

 

 ¿Nos conocemos los valencianos?
Los valencianos a menudo parece que se pasan la vida practicando una especie de autohipnosis colectiva. Al final, mi impresión, es que nos conocemos menos de lo que creemos, incluso que no tenemos demasiado interés en saber la verdad. La vergonzosa actitud colectiva, el silencio, ante casos como el del accidente de metro de 2006, la persistente y continuada violencia anticatalanista o el fenómeno de la corrupción son una invitación clamorosa a reflexionar.

En tu último libro afirmas: “El nostre hauria estat un altre país amb una dreta mínimament il·lustrada, sense complexos identitaris i més respectuosa amb el joc democràtic”. ¿Cómo sería?

La derecha valenciana ha representado un auténtica catástrofe solo comparable a una izquierda vacilante y engañosa. Detrás de los discursos de exaltación regionalista y de triunfalismo económico de personajes como Camps, solo hay mediocridad,  autoritarismo, incultura y una visión de la sociedad darwinista. Se han pasado las últimas décadas haciendo trampa y saltándose todas las reglas, buscando un enemigo al que echarle las culpas de sus fracasos.

¿Estaría el PSPV-PSOE como está en la actualidad si hubiese sido menos «cobarde», como tú reclamas?
El PSPV-PSOE es el relato de la renuncia a un país mejor. Atemorizados por la derecha, cargados de complejos, casi siempre han acabado por acatar. Ya hace mucho que el PSPV-PSOE es un club de poder, cada vez con menos socios, sin apenas crédito social, alejados, como la mayoría de los partidos, de las demandas sociales. Se resisten a aceptar su propio drama y disfrazan la catástrofe con discursos vacíos. Para colmo el PSPV no solo ha renunciado a su mayoría de edad política como partido estrictamente valenciano sino que ha devorado, marginado a sus mejores activos.

¿Se ha iniciado una nueva tendencia que traslada al valencianismo político la mayor relevancia que históricamente ha tenido el valencianismo cultural?
No lo entiendo así. La cultura y la política comparten a menudo objetivos, ideales, pero casi nunca prioridades ni estrategias. Tiene que ser así. La cultura debe marcar a la política. Por otra parte, culturalmente el país ha salido de una larga noche y hoy podemos hablar de un cierta literatura, de una escuela en valenciano…  Políticamente el éxito ha sido sobrevivir a la asfixia del bloque conservador y a las propias inercias autodestructivas del país. Sin una apuesta claramente nacionalista estamos condenados a desaparecer, a caer en las trampas del charlatanismo regionalista de siempre con sus exaltaciones al paisaje y toda la faramalla. En estos momentos todo está abierto. Pero el protagonismo y la iniciativa no puede recaer exclusivamente en los partidos.

¿Cuál es la vigencia de los planteamientos del suecano Joan Fuster?
La vigencia es total. La idea propuesta de un país moderno, avanzado. La necesidad también de entendernos con Cataluña para evitar, precisamente, que se nos ningunee en la adopción de decisiones geoestratégicas que afectan a nuestras economías o que nos cercenen nuestros derechos y conquistas en el ámbito lingüístico aprovechando una debilidad secular. Esta crisis brutal conllevará un proceso de recentralización letal, una aniquilación por la vía administrativa, hay que activar las complicidades.

Ahondando en la historia contrafactual, ¿qué hubiese sido del pueblo valenciano si no hubiese existido Joan Fuster?
Sin la tarea constructora de Fuster imagino un país políticamente más inane de lo que ya lo es actualmente, con una lengua y una cultura exclusivamente ocupada en asuntos folkóricos menores.

¿Cómo se observa la situación valenciana desde Catalunya?
Con indiferencia y a la vez con perplejidad. Catalunya vive ensimismada en sus propios problemas y debates, a menudo estériles. La situación cultural y lingüística del País Valenciano continúa siendo una preocupación de unos pocos  y un misterio para la mayoría.  Por otra parte, no entienden que este país vote masivamente a un partido lastrado por la corrupción, que aplauda las sandeces de un Camps enloquecido o els figa a l’aire grotescos de tipos como Alfonso Rus.

¿Hacía dónde debe mirar el valencianismo para mantener su optimismo?
El valencianismo debe permanecer dentro de los límites estrictos de un democratismo radical. Contribuir a mejorar una sociedad que tiene graves carencias desde un punto de vista civil. Nadie de fuera vendrá a sacarnos del agujero. El modelo del PP ya sabemos cual es y cuales son sus resultados. Hace falta una alternativa, hay que cambiar.

La Generalitat Valenciana dedicaba hace unos años 102.000 euros para la promoción del valenciano en los medios de comunicación, por los 7 millones de Catalunya o los 5,7 del País Vasco.
Al PP el valenciano solo le interesa, en el  mejor de los casos, para hacer chistes. Sus alcaldes son abucheados en sus congresos por utilizarlo en público y en vez de marcharse se limitan a disculparse, a tildar de defecto el valenciano que hablan. Siento vergüenza ajena ante tamaño ejemplo de autoodio e ignorancia.

Quant a francescviadel

Periodista, escriptor i professor universitari, autor de No mos fareu catalans. Història inacabada del blaverisme i de Valencianisme, l'aportació positiva. Cultura i política (1962-2012), publicats per la Universitat de València. Autor també de les novel·les Terra (Bromera) i L'advocat i el diable (El Cep i la Nansa) i del llibre de poemes Ciutat, dies insòlits.
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Una resposta a “El valenciano sólo le interesa al PP para hacer chistes”

  1. Francesc Carrasco Escoda ha dit:

    Ets un tipus valent. Quan baixes pel poble, et trencaran la “jeta”. Una abraçada. EL PACO.

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