Joan Navarro en Santa Rosa de Viterbo

*Artículo de Francesc Viadel publicado el 14 de noviembre de 2013 en El País. Traducción del catalán.

Acaba de cumplirse un año desde que el poeta visitó Méjico adonde viajó para dar a conocer su poesía y para hablar también de sèrieAlfa. art i literatura en el contexto de un encuentro muy importante sobre poesía y revistas digitales organizado por el Instituto Queretano de la Cultura y de las Artes. Navarro edita la revista sèrieAlfa. art i literatura des de 1999.

El poeta y editor, Joan Navarro. Foto, Jesús Císcar.

El poeta y editor, Joan Navarro. Foto, Jesús Císcar.

Hace poco más de un año Joan Navarro cayó como del cielo en Santiago de Querétaro, el lugar de las piedras grandes, la vieja ciudad colonial enclavada en medio de un valle semiárido de El Bajío, en el centro de Méjico, donde crecen los membrilleros, los perales, los manzanos y las tejecoteras con cuya fruta se adornan por Todos los Santos los altares de los muertos, siempre vigilados desde la oscuridad de los tiempos por las ancestrales deidades aztecas.

Navarro había llegado desde la Zaidía para hablar, en el contexto del Encuentro de Revistas y Suplementos Culturales Región Centro Occidente, sobre poesía y revistas digitales, habida cuenta de su condición de poeta y editor de la revista sèrieAlfa. art i literatura. La noche anterior al encuentro ofreció una lectura de sus poesías bajo el titulo “Archipiélago y otros poemas”. El lugar escogido fue uno de los claustros del complejo conventual de Santa Rosa de Viterbo, con su monumental templo de contrafuertes retorcidos y azulejos de colores ahogado dentro de una telaraña de callejones de casas bajas, junto a Tacos Tucson, al supermercado Matador y a la Zapatería Shoes… entre fachadas desconchadas de colores ocres y azules desde las que se descuelgan los cables de la luz y del teléfono como lianas de una selva impenetrable, con el rumor de un tráfico feroz y del agua de las fuentes salvíficas resonando lejanas, espectrales… El día siguiente, en  la sala en la que dictó su conferencia “sèrieAlfa: el no-lugar o sí”, no cabía ni un alfiler. El poeta Luis Alberto Arellano, con aspecto de un gigante somnoliento y ligeramente molesto, capaz de leer en el cielo y en el ruido como lo haría un chamán en unos pétalos de flores rojas, escoltaba a Navarro con la mirada perdida, atrapada en la montura de unas gruesas gafas negras de pasta. Sobreimpresionada en la pared, evanescente, un pintura de azul celeste, como hecha de agua, de Pere Salinas, con quien Navarro ha publicado, entre otros, Grafies·Incisions y Atlas (Correspondència 2005-2007).

Bardissa de focLa presencia del autor de Bardissa de foc en un lugar como aquel era tan merecida o lógica como paradójica. Resulta que sèrieAlfa, escandalosamente ignorada por la pobre prensa cultural en catalán, tiene una presencia y un público en el mundo, justamente porqué se dedica a eso, al mundo. Una revista que durante los últimos años ha publicado en su versión original y en su traducción al catalán, y a veces también a otras lenguas como el castellano, el portugués, el inglés o el francés, poetas brasileños, italianos, franceses, israelíes, daneses, ecuatorianos, húngaros, caboverdianos, japoneses, gallegos, quebequeses, alemanes, occitanos, vascos, mapuches, mejicanos, cubanos, angoleños, portugueses… artistas de todo el planeta.

La red, extensa y infinita, inalcanzable –esto es, el soporte–, y el criterio limpio y la paciencia del entomólogo de Joan Navarro, –es decir, el alma–, son la clave de un éxito tan consolidado como a la vez silenciado, discreto. De hecho, no fue hasta el 2008 que la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana del País Valencià le otorgó a la publicación digital el Premio a la Difusión de la Literatura.

Con todo, para el caso, y sobre todo para su editor, que la revista sea aplaudida o no es una cuestión fútil. El objetivo no es ni de lejos –y así lo advirtió en Querétaro–, que el contador de la página que aloja sèrieAlfa enloquezca cambiando de números o que la  cabecera  brille poderosamente en la inmensa galaxia de Internet como cualquier producto cultual de éxito. En sèrieAlfa no existe ningún contador. La cosa va por otro camino. Mirándolo bien, por el camino de siempre.  Al fin al cabo, lo que hay que tener en cuenta es la importancia que en realidad tiene el discurso, un discurso, no obstante, que en estos momentos tiene un nuevo soporte, sin duda, tan mágico y sorprendente como lo fue –y como todavía lo es a pesar de todo– el papel. Será el tiempo y esta  constancia persistente del editor lo que hará sèrieAlfa más importante de lo que ya lo es ahora mismo.

Todo comenzó, según confiesa Navarro, en marzo de 1999. Salvador Jáfer, otra de las referencias míticas de la generación de los setenta junto con Josep-Lluís Bonet, el autor de Getsemaní, Fina Cardona, Marc Granell o el mismo Navarro, entre otros, había inaugurado en la red Terra d’Enlloc. Una página cien por cien jaferiana, inspirada y producida desde la utopía pura, rebelde contra la condición esclava del hombre contemporáneo. Una página en la que poder leer junto a los textos del mismo Jáfer algunos textos de la mejor tradición universal, con imágenes cautivadoras, con un glosario concebido, organizado para adentrarse en los misterios de la sensibilidad humana.

Este es, pues, junto con el deseo largamente anhelado de ser editor, el detonante. Sería Jáfer también el que orientaría los primeros pasos, el que guiaría a Navarro en el laberinto del lenguaje HTML, en los misterios de la edición electrónica, de los protocolos de transferencia, los hipervínculos, los marcadores y las herramientas… la máxima de Mies Van der Rohe, “menos es más”, le conduciría finalmente a producir una publicación limpia, elegante, en la que la imagen y la palabra han terminado por conquistar juntas la cima después de un larguísimo camino.

Una pintura de Paul Klee, Port amb velers, y uno de sus poemas, Un símil, traducido por Navarro del alemán, inauguraron sèrieAlfa. A Klee lo acompañaba una tinta china de Ausiás Navarro, un dibujo de Joseph Beuys, Der Shamane, y un poema breve del otro de Oliva, Enric Sòria, “Mainz des del riu”: Glòria del dia. La catedral s’eleva/ dins l’aigua i l’aire… (Gloria del día / La catedral se eleva / dentro del agua y el aire) escribió quién sabe si como una premonición el autor de Arqueologia.

La narrativa también tiene su presencia, aunque breve, en sèrieAlfa, con la publicación de unos primeros textos narrativos de Octavi Monsonís, de la brasileña Verónica Stigger, de Joan M. Monjo, del suizo Peter Bichsel, del boliviano Víctor MontoyasèrieAlfa ha ido creciendo durante todos estos años sobre la estructura compleja, a pesar de su sencillez aparente, con la vocación de dar a conocer principalmente el  mayor número de los discursos poéticos que se hacen en el mundo.

Descubrir y traducir, reinterpretar sometiendo siempre los textos originales y traducidos al catalán al espejo potentísimo y potenciador de la imagen, en definitiva de una pintura, de una fotografía… a la imagen hipnótica, pongamos por caso, de Salinas –uno de los valores más importantes de la publicación–, de Claudia Roquette-Pinto, Rafa Bartual, Juan Mazorriaga, Alonso Licerio, Sissy Eiko, August Strindberg, Pepe Cáccamo, Joaquim Cardoso Dias… someter a este ejercicio de reiteración estética las poesías, los textos, de Eduardo Sterzi, Jean Pierre Pouzol, Rami Saari, Ernest Pepin, Taneda Santôka, Laura Erber, Sylvia Riestra, Lorenzo García Vega, Gemma Gorga, Luis Alberto Arellano, Lila Zemborain

La estructura de sèrieAlfa ha permitido en buena medida poder contar con un repertorio temático tan amplio como diverso. Básicamente, la publicación se articula a través de tres secciones Vària, una miscelánea de textos poéticos, la publicación trimestral sèrieAlfa y el Llibre del Tigre, que recoge poemas en todas las lenguas del mundo en las que figura el nombre del animal. Un libro que cuenta con la bendición de Friedrich Nietzsche, autor de la enigmática cita con flores y guirnaldas está recubierto el carruaje de Dionisio: bajo su yugo caminan la pantera y el tigre… Dentro de esta estructura o estrategia con voluntad totalizadora hay que hablar de los números especiales. Entre estos el número 14, Fluxo de linguagem, uno de los diversos números dedicados a los poetas brasileños; el 30, Panamericana, poetas americanas nacidas a partir del 1976, en que se antologaron 65 poetas y fueron 18 los traductores al catalán. O el más bello de todos, el 57, dedicado al japonés Taneda Santôka, bellamente pintado por Salinas y traducido directamente del japonés al catalán y al castellano por Jordi Mas y al portugués y al inglés por el brasileño Pedro Erber.

Pintura de Pere Salinas, sobre la poesia de Santoka.

Pintura de Pere Salinas, sobre la poesia de Santôka.

En el resultado final de sèrieAlfa es definitivo también el trabajo desinteresado de tantos y tantos traductores coordinados por el editor de la revista. Sin este esfuerzo, la publicación no habría alcanzado uno de sus objetivos: la difusión de los textos poéticos.

En estos momentos, la solidez de esta importante publicación literaria, independiente, con los únicos recursos del criterio y del trabajo paciente, está fuera de toda duda. sèrieAlfa juega un papel importantísimo contra la invisibilización no tan solo de la poesía en catalán, sino de la poesía y la literatura en mayúsculas en un mundo que está abandonado a la frivolidad de los 140 caracteres y de la letra apresurada y únicamente concebida para el suicidio público en la red. Una publicación que juega también un papel a favor del intercambio promiscuo y nutricional, que es como una especie de sofisticada maquinaria pensada para conectar, distribuir las sensibilidades de todos los creadores del mundo allá donde estén, donde se escondan.

La publicación acaba de llegar al número 59: Passaports líquids. Quatre poetes croats. (Pasaportes líquidos. Cuatro poetas croatas) El ejemplar digital, dirigido por Pau Sanchis, poeta y uno de los traductores actuales con uno de los trabajos más sólidos, pone al alcance textos de Dorta Jagic, Marko Pogakar, Ivica Prtenjaca y Ana Brnadic, ilustrados con fotografías del mismo Navarro. A la cara em brilla la lluna groga balcánica / vaig oblidar apagar-la en crear l’oceà… (En la cara me brilla la luna amarilla balcánica / olvidé apagarla al cruzar el océano) reza Brnadic… De cruzar océanos va la historia.

Quant a francescviadel

Periodista, escriptor i professor universitari, autor de No mos fareu catalans. Història inacabada del blaverisme i de Valencianisme, l'aportació positiva. Cultura i política (1962-2012), publicats per la Universitat de València. Autor també de les novel·les Terra (Bromera) i L'advocat i el diable (El Cep i la Nansa) i del llibre de poemes Ciutat, dies insòlits.
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